domingo, 29 de abril de 2012

Noche en la tierra (1991) - Jonathan Ríos

“Una noche en la tierra” es una película que nos muestra la interacción de cinco taxistas con sus clientes, a la misma hora, en diferentes partes del mundo.

Jim Jarmusch, el director de “Una noche en la tierra”, nos conduce por noches desoladas e intimistas, en las que tiene la virtud de convertirte en un pasajero más de su gran taxi. Que está basado principalmente en  elocuentes diálogos y grandiosas interpretaciones de soledad.

Empezando con un cálido atardecer en Los Ángeles, pasando por Nueva York, Paris y Roma  para terminar en el gélido ocaso de Helsinki. Jarmusch nos ofrece una variedad de personajes muy interesantes, serios, desconcertados, marginales, hilarantes, ingeniosos, etc. Logrando así un ejercicio muy atrayente al contraponer a todos estos, y encontrar en ellos igualdad como seres humanos, dejando de lado, el nivel socioeconómico, el color de piel, o las facultades físicas de cada uno.

El realizador hace de esta película una critica social que desde mi punto de vista son obvias y universales, exponiendo que sin importar el entorno, el idioma o la ciudad, la igualdad del hombre no reside en un estatus sino en necesidades muy primitivas, tales como el amor, el respeto, el perdón, la humildad, entre muchas otras.

El taxi, sin duda tiene una ventaja al respecto, ya que crea rápidamente relaciones superficiales entre pasajero y conductor, rompiendo así las barreras sociales que pudieran existir, para así generar instantes íntimos entre perfectos desconocidos, lo cual ayuda a que la trama fluya y descubra a los personajes.

La temporalidad en los recorridos, simplemente se convierten en lo que son, pequeños viajes de vida que quedan abiertos a la reflexión y a la introspección, la cual más allá de ver la diversidad de personajes, vidas e historias que tiene nuestro planeta, “Una noche en la tierra”, nos lleva a interiorizar como personas, para poder percibir mejor el entorno que nos rodea lleno de prejuicios, esteriotipos y absurdos valores sociales.

Más que una gran película, puedo decir que es un gran ejercicio espacial de relaciones humanas y necesidades interpersonales.

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